miércoles, junio 30, 2010

HACIA UNA SOCIEDAD EMPÁTICA

Recientemente hemos conversado con amigos sobre el tema de la evolución ética del hombre. La humanidad ¿está mejorando moralmente en su evolución? La respuesta no es simple ni fácil. La persistencia de guerras y matanzas crueles, del terrorismo a escala global, la creciente disponibilidad de armas nucleares y de  destrucción masiva capaces de exterminarnos a todos, el hambre y miseria que afectan a un porcentaje importante de la población mundial, la extensión de la esclavitud y del trabajo infantil, el tráfico internacional de personas y de drogas, son factores desalentadoramente negativos.
La progresiva pero lenta revalorización de la mujer y del niño, el creciente interés por el bienestar de los animales y el cuidado del medio ambiente se pueden computar como factores positivos en la evaluación de la evolución ética del ser humano.
Los recientes avances de las Ciencias Sociales y de la Psicología en especial con la superación del dogmatismo freudiano, de la Neurobiología y de la Etología están iluminando otro aspecto del hombre que ha llevado a postular al Homo empathicus.
El descubrimiento en 1996 por Giacomo Rizzolatti de las neuronas espejo primero en macacos y luego en el hombre sugirió que estamos “cableados” para sentir empatía, sentimiento que además es modulado por el ambiente.
Jeremy Rifkin acaba de publicar “La civilización Empática” (Paidós, 2010, 703 pág.) donde desarrolla extensamente el tema. Se descubre así un aspecto relegado del hombre. Somos esencialmente seres sociales y empáticos. Esta cualidad es educable y debiera ser sistemáticamente cultivada.
Me parece que tenemos una versión distorsionada de la humanidad generada por relatos históricos y por los medios que enfatizan las guerras y actos violentos e ignoran las actividades diarias de la mayoría de nosotros.

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