miércoles, abril 16, 2014

LA CRISIS DE LA MEDICINA



Las Ciencias Médicas han hecho considerables avances en el último siglo en el control de las enfermedades infecciosas, avances en nutrición, disminución de la mortalidad infantil y aumento de la expectativa de vida. Sin embargo hay una crisis compleja que afecta a la medicina. Ya hemos comentado el creciente efecto negativo de los intereses crematísticos de las corporaciones farmacéuticas y otras no solamente en la práctica médica sino inclusive en los más altos niveles académicos y regulatorios (ver notas del 30/05/12, 03/09/12 y otras anteriores en este blog) En el nivel regulatorio se agregó recientemente una fuerte crítica de editores del NEJM (ver aquí) al sistema de evaluación y control de los medicamentos (FDA) que consideran quebrado.
La Medicina con frecuencia se focaliza en la enfermedad y descuida la prevención, ignora la Medicina Alternativa y la sabiduría oriental. La cirugía ha hecho progresos notables en trasplantes y reconstrucciones pero con frecuencia se usa abusivamente en cirugía plástica, cesáreas y otras situaciones.  Por ejemplo, reumatólogos y traumatólogos ante artrosis de cadera o rodillas suelen recurrir a calmantes y antiinflamatorios hasta que se requiera dolorosas cirugías de reemplazo sin aconsejar enfáticamente reducción de peso y combatir el sedentarismo. Suelen ignorar que el Tai Chi Chuan o el Qi Gong pueden prevenir o aliviar permanentemente esos males.
Por otro lado hay innovadores como el Dr. Rishi  Manchanda y Paul Farmer. Manchanda cuenta de tres amigos que paseando cerca de un tormentoso río ven unos chicos arrastrados por las aguas hacia una catarata próxima. Rápidamente, se arrojan para rescatarlos. Ya en la orilla ven horrorizados que la corriente trae más niños y vuelven a su heroica misión. La escena se repite hasta que uno de ellos se dirige resueltamente corriente arriba. Increpado por sus exhaustos amigos les declara que va “a averiguar quién está arrojando los chicos al río”.
Lo que propone el Doctor Manchada en su libro “The Upstream Doctors”(ver aquí) es ir “aguas arriba” a buscar “las causas de las causas” de las enfermedades que con frecuencia son sociales y ambientales. Sugiere que los sistemas de salud dependen del apoyo que obtengan una nueva generación de proveedores que miren aguas arriba a la fuente de nuestros problemas en lugar de optar por un rápido alivio sintomático. A propósito de causas ambientales habría que considerar que la tecnología ha introducido, en décadas recientes, más de 20.000 sustancias orgánicas sintéticas (colorantes, plásticos, edulcorantes, cosméticos, conservantes, plaguicidas, medicamentos, etc.) que ingerimos, respiramos o con los que estamos en contacto sin que sus potenciales efectos nocivos a largo plazo hayan sido adecuadamente estudiados.  
El Doctor Paul Farmer es el médico y antropólogo y cofundador de PIH (Partners in Health, Socios en la Salud, ver aquí) que se destacó  organizando la atención médica en Haití después del terremoto y ayudando a los más pobres a obtener tratamiento para la tuberculosis y el sida. El apoya la propuesta del Dr Manchanda con el prestigio y experiencia de su labor médica en Los Angeles, Boston,Haiti y Africa( ver aquí)


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2 comentarios:

Unknown dijo...

Estimado Rubén
Leí en tu blog “Crisis de la Medicina” en la cual adjetivas intereses “crematísticos” lo cual ya fue mencionado por Aristóteles: la acumulación de dinero por dinero es una actividad contra natura que deshumaniza a aquellos que a ella se libran. Lo muestra en numerosos textos, incluido La Ética a Nicómaco
Karl Marx retoma el concepto en su famosa obra El Capital, destacando las consecuencias sobre lo que él da en llamar auris sacra fames (maldita sed del oro), una referencia latina a la pasión del dinero por el dinero mismo.
Yo pienso de esto son culpables todos los que están involucrados en la ciencias médicas, desde las mas básicas hasta llegar al paciente. (este último está exceptuado).
Todos estaríamos de acuerdo en que la investigación es la única manera de avanzar en el conocimiento, pero el problema es cual es correcta y cual no.
Es conocido desde hace mucho tiempo que en todas las etapas de la investigación un de los puntos fundamental es reiterar los experimentos para evitar los falsos positivos y falsos negativos. Este hecho cuando la investigación está en manos de las Corporaciones, escasamente se cumple.
Otro punto es cuando el investigador miente y resulta difícil reconocerlo. Hay muchos casos y no voy a abundar en los ejemplos.
Como se podría mejorar o solucionar esto realmente no lo se. Creo que una colaboración sería la siguiente:
• El conocimiento debe ser universal y gratuito (con lo cual deberían desaparecer las Editoriales).
• Publicaciones en Internet en las cuales se permitan comentarios fundamentados de lo publicado, tal como hacen todos los periódicos, pero con un moderador de las forma y fundamentos,(no censor) lo que obligaría al autor principal a responder lo que se le puede criticar.
Yo he enviado varias cartas a revistas médicas de primer nivel, con esta sugerencia pero nadie me contestó. Últimamente el New England of Medicine, permite comentarios en algunos de sus artículos, puede ser un comienzo….
Abrazo
Carlos Delfino

Ruben dijo...

Interesante comentario, CARLOS, que da para elaborar.
No se si te entendí bien pero me parece que exageras al considerar a todos los médicos culpables.
Tu propuesta:la difusión del conocimiento
(investigaciones)debería ser gratuita pero en nuestra sociedad capitalista alguien tiene que pagar...
Las publicaciones en internet gratuitas (pagadas por una fundación) se ha experimentado en Bioenergética y en Física con pobres resultados al faltar el filtro de los evaluadores pares anónimos. Los comentarios fundamentados serían un progreso. Me alegra que el NEJM este comenzando a implementarlo.
Un abrazo
Rubén