FROM BEILER ET AL. 2010.
Una característica relevante del Homo sapiens es el habla, la capacidad
de comunicarse trasmitiendo información y conocimientos de padres a hijos.
Cuando hace unos 5000 años se desarrolló la escritura esa habilidad para
comunicar información y conocimientos se extendió en el tiempo y en la
intensidad o cantidad de información que se podría acumular y trasmitir. Es
sabido que los animales también se comunican con distintos sonidos que en el
caso de las aves es su canto. Incluso los insectos tienen un mecanismo de
comunicación que se puede experimentar cuando accidentalmente se pisa un
hormiguero o se perturba una colmena. En estos casos la comunicación es mediada
por feromonas volátiles.
Qué pasa con las plantas, se comunican? *Pueden “hablar”
entre ellas? Como? Sorprendentemente la respuesta es afirmativa. Las plantas, los árboles en particular, se comunican,”
hablan” entre ellos por dos procedimientos distintos. El más conocido es la
comunicación aérea, por la que un árbol que está siendo atacado, por ejemplo,
por insectos emite una alerta con sustancias químicas volátiles que son
captadas por otros árboles, incluso a una cierta distancia, y gatillan las
defensas convenientes ante los depredadores anunciados.
Me acabo de enterar de que en los bosques los árboles se
comunican bajo tierra e intercambian sustancias. Lo hacen mediante sus raíces
que se comunican con las de otros ejemplares por una compleja red de hongos
filamentosos llamados mico- rrizas. No solamente “hablan” sino que los árboles
por este camino pueden enviar nutrientes por ejemplo de un árbol madre a sus
semillas germinadas pero con poca luz para
hacer suficiente fotosíntesis. El tema
ha sido largamente estudiado por una científica canadiense Suzanne Simard (ver aquí) Simard demostró que este intercambio se
da, no solo entre ejemplares de la misma especie sino también de especies
distintas. Con sus estudiantes y empleando complejas técnicas científicas
mapearon un lote de 30 x 30 m en un bosque de pinos, determinando la ubicación
de los árboles (círculo verdes en el diagrama superior) y sus interconexiones
mediante dos especies de micorrizas (lineas azules y violetas) Los resultados
sugieren una robusta red en la que los pinos mayores juegan un papel
fundacional que facilita la regeneración
co-especifica y estabiliza el ecosistema (ver aquí)
La transferencia de recursos fotosintéticos, fosfato,
nitrógeno y de señales pueden ir también a especies diferentes por ejemplo de
un pino Douglas a un pino ponderosa para ayudarlo a su regeneración. ¿Altruismo?
¿Colaboración?
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Como dicen en Costa Rica: ¡VIVA LA VIDA!
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