viernes, abril 15, 2016

LA CONSPIRACIÓN DEL AZUCAR


Recientemente Gran Bretaña ha creado un impuesto a las bebidas gaseosas que contengan azúcar. El objetivo es combatir la obesidad y el enemigo declarado es el azúcar. En particular el jarabe de fructuosa empleado por la industria alimenticia. La evidencia señala que la fructosa ingerida con las gaseosas se transforma en lípidos en el hígado.
Es una historia interesante ver cómo se pasó del paradigma de que las grasas saturadas eran peligrosas y responsables de las enfermedades cardíacas a esta nueva situación en que el enemigo es el azúcar.
En 1980 el gobierno norteamericano, después de consultar a los expertos en nutrición, publicó la primer guía  dietética que aconsejaba disminuir el consumo de grasas, carne, huevos y leche entera a favor de carbohidratos y vegetales. La industria alimenticia incorporó las grasas trans en lugar de la manteca y siguió la guía  igual que la población que la adaptó rápidamente.
¿Mejoró la salud de la población?
No, la salud general empeoró en particular con un crecimiento  rapidísimo de la obesidad, de un 15% de obesos en el 1980 a un 35% en el 2000, afectando a adultos y  niños y un  creciente impacto de enfermedades cardíacas.
En 1972 el Dr. John Yudkin, prestigioso científico británico, había escrito un libro llamado “ Pura, Blanca y Letal” en que criticaba el creciente consumo de azúcar y del jarabe de fructosa.  Yudkin fue ferozmente combatido y criticado por sus colegas y por la industria alimenticia que lograron desacreditarlo.
Más suerte tuvo Robert Lustig, endocrinólogo pediátrico especializado en obesidad infantil de la universidad de California, quien hizo una campaña a partir del 2009 contra el azúcar con más suerte que Yudkin(ver aquí). Su video de 90 minutos “EL AZÚCAR: LA AMARGA VERDAD “ ha sido vista por más de seis millones de personas. En él explica documentadamente que la fructosa, es el “veneno” responsable de la epidemia de obesidad en USA y otros países.
Después de tres décadas en las que el villano eran las grasas saturadas estamos ante un drástico cambio de paradigma que ahora señala el azúcar como el nuevo villano.
¿Cuál fue la responsabilidad de la guía dietética y de los expertos que asesoraron al gobierno norteamericano?

Hay un intenso debate al respecto que Ian Leisle discute extensamente en The Guardian (ver aquíEn el 2008 un estudio en la Universidad de Oxford en toda Europa sobre las causas de la enfermedad cardíaca mostró una correlación inversa entre grasas saturadas y enfermedad cardíaca, Francia tiene el nivel más alto de consumo de grasas y el menor índice de enfermedad del corazón. Ucrania exactamente al revés. Pero estos y otros estudios similares no hicieron mella en muchos nutricionistas. La explicación estaría en un comentario de Max Plank: “Una nueva verdad científica no triunfa porque se convencen sus oponentes sino cuando ellos se mueren y la nueva generación la adopta”. O como lo explica Thomas Kuhn en su obra ”La estructura de las revoluciones científicas” La ciencia no avanza gradualmente sino a saltos con cambios de paradigmas.

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